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Fragmentos de un discurso amoroso es un libro sobre el amor. Sobre la trivialidad y a la vez sobre la radicalidad del amor. En palabras de Roland Barthes, este libro se vuelve necesario porque "el discurso amoroso es hoy de una extrema soledad. Es un discurso tal vez hablado por miles de personas (¿quién lo sabe?), pero al que nadie sostiene; está completamente abandonado por los lenguajes circundantes: o ignorado, o despreciado o escarnecido por ellos". Asfixiado detrás del erotismo, la sexualidad, la pornografía, la publicidad, el cuidado del cuerpo y el consumo mediático. La decisión de Barthes de ocuparse del amor adquiere, en este contexto, un carácter subversivo. Publicado originalmente en 1977, es el libro más ambicioso de la última época de Barthes. ¿Pero cuál es su ambición? Darle escritura a la crítica, convertir la teoría en la gran novela del siglo XX. Un delicado relato de aprendizaje (o mejor dicho: del aprendizaje como algo imposible) sobre el deseo, el amor, la soledad, los celos y la respiración agitada. Un libro sobre las posibilidades de la crítica literaria de pensar el mundo, que para Barthes es, ante todo, discurso: "Dis-cursus es, originariamente, la acción de correr aquí y allá; son las idas y venidas, andanzas, intrigas. En su cabeza, el enamorado no cesa en efecto de correr, de emprender nuevas andanzas y de intrigar contra sí mismo". Erudito y a la vez claro, transparente y complejo (como el propio amor), Fragmentos de un discurso amoroso es un exquisito ejercicio de semiología salvaje. Un muestrario de los lugares comunes sobre el amor y, al mismo tiempo, una formidable demolición de esos mismos lugares comunes. Construido como un vocabulario, es un tratado, no sobre el amor, sino sobre sus palabras. Sobre la locura de la sintaxis y el enamoramiento del sentido,