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Sobran los motivos para considerar a Lázaro Cárdenas la cúspide de los mejores anhelos de la Revolución mexicana. Su carrera militar, su cercanía con obreros y campesinos, su astucia política y su firmeza ante fuerzas extranjeras ?lo mismo al expropiar la industria petrolera que al ofrecer refugio a los republicanos españoles? son ejemplos claros de su estatura como transformador del país. A lo largo de su vida expresó su pensamiento por escrito, en cartas, apuntes personales y numerosísimos documentos públicos; en este volumen, segundo de tres publicados por Siglo XXI Editores, se recogen los informes que presentó primero como gobernador de Michoacán (1931-1932) y luego como presidente de la República (1934-1940), así como los sentidos mensajes de año nuevo con los que buscaba enterar a la ciudadanía de los logros alcanzados, los proyectos en proceso y los problemas políticos de la hora, costumbre que estableció desde su primer año de gobierno. A pesar de su carácter oficial, con su extrema solemnidad y su caudal de datos, en estos documentos se expresa el estadista de ideas avanzadas, creador de instituciones, fiel al ideario esencial de la Revolución, siempre al margen de veleidades populistas y dispuesto a aplicar con imaginación y audacia lo prescrito en su propio plan sexenal. El contenido de estas páginas revela, cosa singular en nuestro medio, que las palabras de Cárdenas se correspondieron con los hechos que propició desde la más alta posición gubernamental.