Más información
Agustín Mendiola Malerva es un empleado encargado de facturaren una empresa de distribución de medicamento; por azares del destino da el salto y pasa a ocupar la dirección jurídica de la distribuidora. Porque Agustín es licenciado en Derecho y fue un destacado alumno de su facultad. Esto no tendría nada en particular, pero hay un talón de Aquiles invertido en él; su carencia de práctica legal. ¡Duro con el malora! es una historia de encuentros y desencuentros, en donde lo real se fusiona con lo ficticio. Agustín conoce a Mirna en una fiesta a la que es invitado por alguno de sus compañeros del grupo escolar; a quienes no ha visto en diez años. La relación con Mirna llevará a Mendiola Malerva a situaciones desesperadas, ante la sospecha y miedo de que ha sido infectado por ella con el virus del SIDA. Este temor traerá consigo una ruptura en los valores de Agustín, que lo harta lidiar con su aniquilamiento humano y profesional, que muy bien saben aprovechar los que acechan desde las sombras, para lanzarlo del puesto de director. En plano diferente a Mirna, se desenvuelve Rosalba. Si Mirna es el enigma, lo etéreo; Rosalba es la subjetividad, La empleada de oficina que ejerce liderazgo con los trabajadores de la distribuidora. Siendo las dos mujeres distantes y distintas coinciden, no obstante, en ese oscuro objeto de deseo: Agustín Mendiola Malerva. ¡Duro con el malora! Es un grito terrorífico y amenazante de personajes diversos que penetra en las zonas más recónditas de Agustín causándole confusión y desorden cerebral. ¡Duro con el malora!, segunda novela del escritor Emilio Valdés, la primera fue Cuando el tecolote canta?, se entremezcla con el mundo de la noche: el antro, la casa de citas, las mujeres deambulan en la oscuridad de lo ignoto; tinieblas entre las que deambulan oportunistas de los delirios por los que pasa y a los que es arrastrado Agustín. Agustín es aficionado a las largas caminatas, ha comenzado a andar en ésta que es su historia: ¡síguele los pasoso!