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Salir al mundo presenta una cartografía de la novela de formación en las tradiciones hispanoamericanas a lo largo del siglo XX. Las reescrituras hispanoamericanas de este subgénero novelístico aparecen en las primeras décadas del siglo como desembocadura de formas narrativas centrales en el siglo anterior: Don Segundo Sombra remodela la poesía gauchesca; El juguete rabioso entronca con la tradición picaresca; e Ifigenia desactiva y resitúa las novelas nacionales del XIX. Para todas ellas, el relato de la formación y socialización del protagonista no plantea una ruptura con los géneros previos, sino una estrategia formal más compleja y adecuada para revelar los nuevos desafíos sociales e históricos, así como las transformaciones del campo literario. Más adelante, novelas del medio siglo, como Hijo de ladrón, Las buenas conciencias o La caída, utilizan la pluralidad de voces y discursos que pone en juego el itinerario iniciático del personaje para describir un panorama de creciente heterogeneidad social. Finalmente, más adelante, novelas como El palacio de las blanquísimas mofetas, El país de la dama eléctrica o Las batallas en el desierto plantean distintas maneras de disolver la centralidad del relato formativo y su contención en los límites de un sujeto unitario.
Salir al mundo identifica las genealogías novelísticas que permiten articular esos tres momentos y dibuja un conjunto sostenido más sobre tramas y lógicas variadas que sobre exclusiones y núcleos aglutinadores. El trayecto de la novela de formación en las letras hispanoamericanas aparece, así, como escenario privilegiado para una negociación alternativa y específica de las narrativas hispanoamericanas con la modernidad social y literaria del siglo XX.