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El valor es un espejo del mundo de las mercancías físicas y puede codificar todas las cosas que hay en él, como sucede en la metafísica de Spinoza, en la cual las ideas y los cuerpos tienen un desenvolvimiento paralelo, interreferencial. Por esa razón, en el capitalismo el conocimiento tiene una forma esencialmente esquizoide: por un lado, la modalidad del valor y, por el otro lado, la modalidad física y tecnológica. Decir que hay un permanente ir y venir entre las cosas físicas/útiles y el valor es una gran verdad en el caso del petróleo. El carácter cuasi-mágico del petróleo, similar al que tenía en la imaginación de los seres humanos del siglo XVIII, proviene de su condición dual: su aspecto práctico de mercancía fundamental para el sistema de producción de mercancías y de explotación del trabajo, y su aspecto teóricamente anómalo dentro del sistema.